"Zoltan Nagy como Alberich busca la rima en el timbre junto a su 'hermano' Mime y, pese a lo breve de su intervención, dejó un buen sabor de boca presentando un personaje siniestro y muy interesante." - Opera World (Sep 2017)
"... el Alberich de Zoltan Nagy es muy solvente vocalmente y excelente en cuanto a actitud escénica. Encontró recursos canoros muy adecuados a lo que demandaba su personaje, nada histriónicos, y participó con el Viandante en un aquí excelente diálogo-duelo, que fue de lo mejorcito de la representación. Todo su fraseo y concepción del personaje participó claramente de una tradición interpretativa que huye del exceso y otorga esa especie de “nobleza resentida” a Alberich, un ser despreciable que sin embargo es a la vez rey y víctima." - Mundoclasico (Sep 2017)
"También cabe destacar en el segundo acto la breve actuación del barítono bajo Zoltan Naggy como Alberico, el rey de los nibelungos, rotundo." - El Comercio (Sep 2017)
"Zoltán Nagy is a fine Theseus, responding to the libretto’s demands for both courage and confusion." - Music Web International (Oct 2016)
"Da glänzten vor allem Zoltán Nagy mit seinem kernig-kultivierten Bariton als Theseus." - Derwesten.de (Oct 2015)
"Zoltán Nagy unterstreicht als Theseus mit kräftigem Bariton, dass er einerseits als Held der Geschichte den Minotaurus besiegen kann, macht mit seiner tiefen Stimme aber auch andererseits deutlich, dass er selbst ein Teil des Minotaurus ist." - Online Musik Magazin (Oct 2015)
"... der junge, aufstrebende Zoltán Nagy als Silvio, der es mit authentischer Stimmführung seines dunklen, nuanciert-geführten Baritons eindringlich verstand, berührend den leidenschaftlichen und nachdenklichen Liebhaber zuzeichnen." - Opernwelt (Oct 2014)
"Positiva sia vocalmente sia dal lato attoriale anche la prestazione di Zoltan Nagy, Dottor Falke, autorevole ed esuberante nei panni dell’organizzatore dello scherzo su cui si regge la trama." - Il Piccolo (Jun 2016)
"Ganz stark, nicht nur bassbaritonal, auch als Rollenporträt, der Bartolo des Zoltán Nagy, der, ohne mit der Wimper zu zucken und ohne dick aufzutragen, zwischen Eifersucht, Lächerlichkeit, Ungeduld, Grobheit, Einfalt und menschelnden Momenten changierend, den unvermeidlichen Unsympathen der Komödie gibt, den wir trotzdem eigentlich ganz gut leiden können." - Heidenheimer Zeitung (Feb 2016)